El periódico El Heraldo de Soria, de 27 de septiembre de 2017, en el apartado «A fondo, Población
RED SSPA», proporcionaba el titular: «Nadie sabe qué hacer con la despoblación».
Y el 20 de octubre de 2017, D. Roberto Ortega exponía en El Heraldo de Soria (Punto
de Vista), algunos caracteres de quienes no ofrecen los mejores afectos a los visitantes o
a los que no son del pueblo, miradas incluidas.
Les puedo decir que, a personas del mismo pueblo, no sólo no les regalan los mismos
gestos, sino que teniéndolos cerca, todos los días, perjudican cuanto pueden, durante
años.
También, en algún despacho (no precisamente asentado en el pueblo), se cuecen
o han servido manjares condimentados con edulcorantes parecidos o incluso más refinados.
Es evidente que con ello se ha facilitado el expolio consumado con la despoblación.
Habló D. Roberto Ortega, en dicho periódico, que: «Para renacer, urge romper esas
postales y echarlas a la lumbre». Quizá una especie de purificación o corregir tales errores
y comportamientos, aunque no solamente es eso. Han sido las limitaciones de las
épocas críticas, las diferencias del conocimiento, el impulso constante de la afición especulativa,
la ignorancia sistemática de la realidad y los efectos de la despoblación, el dejarlo
pasar, etc., las que no nos sitúan en una meta de ventaja, pero es la que hay.
Hoy, incluso en lugares donde se han dado esas visiones obtusas, en los que el
paisaje es casi todo, se pía por una fábrica de lo que sea y, aún mejor, una para cada
pueblo. Así, de la nada al todo, como recurrir a la magia y creer en ella. No en nosotros
mismos.
Hemos soportado la despoblación, más, quienes no nos hemos ido y si ahora se
nos quiere tener en cuenta es de agradecer.
Lo que creo es que no seremos atendidos, porque mendiguemos, porque demos
lástima. Ese no es el papel del drama con el que continuar hasta desaparecer.
Porque sería seguir arrastrando el defecto sustancial que se ve en el desprecio de la
persona. Y lo singular es que parece advertirse cuando sólo queda la naturaleza, sin
humanidad, o sea el silencio de la palabra y la Verdad.
Es oportuno mencionar ahora que esta época de declinación hasta hubiese sido
oscura, a no ser porque la creatividad, o mejor, si la Inspiración no hubiese salvado el
vacío cavado por la mala fe, tantas veces, dicho más suavemente, negatividad.
Puedo constatarlo, así como los perjuicios que ello ha causado, solo por el regocijo
insano de la maldad de sus autores, retrógrados, pero insistentes.
La Cultura, la Creatividad, el Arte que surgen en la tierra despoblada, no sólo no
conducen a nada, sino que son capaces de revivirla. Porque es la emoción que conmueve,
como la Fe, quien puede hacerlo.
Devolver Bien, por el mal recibido. Por ello, no se sucumbe.
Planteaba el Sr. Jaques Delors, Presidente de la Comisión Europea, «Si alguien
puede enamorarse del mercado».
Y es que la esencia de la Unión Europea es más que mercado, como lo es Europa y
la raíz europea, como lo es el medio rural y el espacio territorial de las Regiones y los
Estados.
No se puede refundar lo ya fundado pero, por los riesgos que se aprecian, es pertinente
añadir el plus de frescura, esperanza y sinceridad necesario, porque puede languidecer
lo que no se siente, no se ama y no se entiende.
Les ofrezco lo que, por las espinas de estos tiempos de abandono, he publicado
sobre esta forma de supervivencia: nueve textos, hasta hoy, y el décimo, para la imprenta
que, si Dios quiere, verá la luz próximamente. Los encontrarán ustedes en la página web:
«sostenibilidadydespoblacion.es». Les pido que los conozcan y me ayuden a divulgarlos.
Se trata del Principio de Sostenibilidad a aplicar en la economía, en la gestión,
en la acción productiva, en la convivencia… Es la conversión necesaria para vivir y
continuar.
Es la innovación para el mejor desarrollo posible y necesaria, también, en todo el
mundo: presupuestos (más ayudas a menor población) en ámbitos provinciales, regionales,
nacionales y de la Unión Europea, costes, precios, educación, sanidad, servicios,
infraestructuras, Medio Ambiente, etc.
Sobre todo Medio Ambiente, si aún estamos a tiempo de parar y revertir los efectos
que vemos, conociendo las causas y aplicando los medios suficientes para ello, conscientes
de que el Medio Ambiente es la Naturaleza y, para no equivocarnos, lo que no se
puede fabricar, pero si se puede destruir. Urge entender el desarrollo con conciencia y la
perfección de la conciencia misma, porque la tecnología sola no basta.
Pues se trata de aplicarse y, en consecuencia, alcanzar la Sabiduría y continuarla y
transmitirla mediante el Magisterio de la Sabiduría.
Es la excelencia convertida en necesidad, además de nota del conocimiento. El
Saber, el Amor del Saber y el Valor del Ser.
Es el sentido, la forma y la finalidad del pensamiento y el sentimiento en la acción
humana y de la misma esencia de la Humanidad.
Así que, más nos vale que comprendamos cómo y en qué emplear el tiempo.
Daniel Alejandro Contreras Uriel
Soria, 2017